Me sumerjo en el cuello de tu camisa,
rozando apenas la piel sudorosa.
Mi mundo es ahora de tela azul
que huele a plancha y a casa,
y me disuelvo entre moléculas de algodón, mitad mujer y mitad fibras húmedas.
Y me pregunto cómo he podido ser sólo mujer tanto tiempo,
Y todo lo demás se esfuma
Y algo se abre dentro de mí y siento que he llegado por fin a casa
después de tanto tiempo desterrada.
4 comentarios:
Bien, El cuello no es malo, pero lo hombre o mujer yo no se.
El cuello no es culpable.
Abrazos.
David, perdona pero no te entiendo...
Mmmm huelen bien los cuellos de las camisas...
Un supersaludo
me ha encantado, es de una sutileza tan elegante, mitad mujer, mitad fibra humedas...
bog
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