Dormir, tal vez soñar, durante horas, en la penumbra de mi cuarto (¿fuera es de día o de noche?), mi cuerpo desmadejado entre sábanas violetas, absorbiendo energías del mundo de los sueños, mis neuronas por fin relajadas, mis gatos rodeándome.
Mi mundo ahora es una mesilla y una cama, una blanda almohada y un colchón duro, con la única preocupación de cambiar de postura de vez en cuando y beber agua cuando tengo sed. Algún día me desperezaré como una gata satisfecha, acabaré este paréntesis necesario y descorreré las cortinas para abrir la ventana.
2 comentarios:
Vas a brillar, con tanta energía tomada del sueño, Alice... Va a ser difícil mirarte a tus ojos de gata sin deslumbrarse... ;)
Dulces sueños...
Ay, yvi, si con dormir tuviera suficiente...
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