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sábado, 16 de agosto de 2008

Llueve

Casi no me lo puedo creer. Por la ventana del patio veo los cubos de basura húmedos por la lluvia. Corro al salón para abrir la ventana y oler a tierra mojada (a pesar de estar rodeada de asfalto) y mientras contemplo las gotas caídas sobre los pocos coches aparcados frente a mi ventana (bendito Agosto que vacía las calles de Madrid), veo pasar por la acera de enfrente a una pareja de ciegos ancianos. Con sus bastones blancos. Cogidos del brazo. Mientras respiro el aire fresco mi gato Tuso se despereza en la butaca y se une a mí en la ventana. Sonrío. Es posible que este horrible verano acabe algún día.

3 comentarios:

un hombre virtuoso dijo...

Aun me falta tiempo para estirar mis alas, pero me gustan los gatos y por ahí, gracias a la foto de tu perfil y mi curiosidad he llegado hasta aquí...que hermoso rincón, personal y estimulante como esa misma lluvia que nos sorprende a mitad de Agosto. Me encantan tus palabras y la forma en que expresas lo que tienes en tu interior, prometo volver... Un abrazo.
(Mientras, seguiré madurando alas ;) )

Alicia dijo...

Me siento halagada por tus palabras y alegre por tu visita. No tengas prisa por madurar las alas. Las prisas nunca son buenas...
Besos

Anónimo dijo...

el chaparrón de esta tarde ha sido agaradable, se agradece este agosto tardío otoñal