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viernes, 29 de agosto de 2008

El color púrpura

Meditando sobre el tema de Dios y los dioses, siendo yo atea, he recordado un pasaje del libro "El Color Púrpura", de mi tocaya Alice Walker, que transcribo a continuación:

— El primer paso para desterrar la idea del anciano blanco lo di gracias a los árboles. Luego, el aire. Luego, los pájaros. Luego, la otra gente. Pero, un día, estando sentada en un rincón, sintiéndome como una niña sin madre, lo que era, me pareció que se me abrían los ojos y me vi formando parte de todo y no separada. Pensé que si clavaba un cuchillo en un árbol me sangraría el brazo. Y eché a correr por toda la casa, riendo y llorando. Entonces supe lo que era. Y es que, cuando eso te pasa, no puedo dejar de notarlo. Es como ya sabes qué…—Y sonriendo me acarició en lo alto del muslo.

—¡Shug!, exclamo yo.

—Oh, a Dios le gusta que la gente goce. Es uno de sus mejores dones. Y, cuando te das cuenta de que le agrada, tú gozas el doble. Te relajas, te sueltas y alabas a Dios porque le gusta lo mismo que a ti.

—¿A Dios no le parece indecente?

—Noo. Dios lo quiso así. Mira, Dios ama todo lo que amas tú, además de otras cosas. Pero lo que más le agrada es la admiración.

—¿Quieres decir que Dios es vanidoso?

—Noo; vanidoso, no. Pero le gusta compartir lo bueno. A mí me parece que Dios se mosquearía si, al pasar por un campo, no vieras el color púrpura.

—¿Y qué hace Dios cuando se mosquea?

—Oh, seguramente buscar otra forma de agradarte. Cree la gente que lo único que a Dios le interesa es que lo alaben. Pero cualquier idiota que viva en este mundo puede darse cuenta de que Dios también quiere contentarnos.

—¿Sí?

—Sí. Siempre está dándonos pequeñas sorpresas cuando menos lo esperamos.

—¿Piensa que sólo desea que lo quieran, como dice la Biblia?

—Sí, Celie. Todo lo que hay en el mundo desea que lo quieran. Nosotros cantamos y bailamos y hacemos muecas y regalamos ramos de flores para hacernos querer. ¿Te has fijado en que los árboles, menos andar, hacen lo mismo que nosotros para llamar la atención? (…)

Cuántas veces pasamos de largo junto al color púrpura. Cuántas veces dejamos de fijarnos en esos pequeños regalos que algún dios nos hace (no quiero escribirlo con mayúsculas, manías que tiene una). Me gusta esta idea de un dios que se complace con nuestro goce y disfrute y con vernos felices y admirados de las pequeñas cosas buenas que nos trae la vida.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La metafísica debería ser parte de la estética. No sé de quién hablo cuando hablo de los dioses, pero sé que no quiero saber nada de un dios cutre, de una metafísica casposa... La que presentas, es linda :)

Alicia dijo...

Metafísica y estética unidas...umm, nunca lo había pensado. Interesante.