Hay días en que las calles se tuercen, el sol te quema más, el suelo se hunde bajo tus pies, la gente es más borde, los miembros pesan, los órganos internos duelen, los muebles se derrumban sobre tí y el cielo parece a punto de aplastarte.
Sólo queda encerrarse en casa bajo siete llaves y esperar a que el temporal pase.
4 comentarios:
tienes razón, son dñias que se alargan lastimosos en nuestra vida, pero por suerte ....pasan!!!!
Cariños
Sí, todo pasa y todo llega... tarde o temprano.
Mi cuerpo, que es muy listo, suele avisarme. ¿Cómo? con un desagradable dolor de cabeza al despertarme.
Esos días sé que si pudiera, me quedaría en la cama...
Un abrazo zurdo.
Mariano: pues no lo dudes y quédate en la cama, aunque no puedas... querer es poder, ¿no?
Publicar un comentario