Un gato enfermo se esconde. En lo hondo de un armario, dentro de un cajón, bajo la cama. Si alguien se acerca, bufa. No quiere ver a nadie. No quiere que nadie le vea. Y al mismo tiempo está deseando una caricia, una golosina, una medicina, por amarga que sea.
Un gato enfermo es lo más triste del mundo.
4 comentarios:
Parece que al contrario que los perros enfermos que se vuelven más mimosos, los gatos tienden a la soledad. Es como si su orgullo no les permitiera que les vieran en baja forma.
Espero que esa tristeza se pase y que el gato enfermo salga de la sombra.
Un abrazo zurdo.
Definitivamente, soy tirando a gato. Que se mejore...
Un supersaludo
Cuídate, cuidaos, mininos y misiminiquis con o sin forma gatuna.
Kisskiss
Mariano: los gatos es que son muy raros. Y afortunadamente, mis tres gatos tienen una salud perfecta. No se puede decir lo mismo de otros habitantes de la casa...
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