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miércoles, 18 de junio de 2008

Envidia

Qué mala es la envidia. Vestida de verde (mi color favorito), altiva, mirando todo lo que poseen los demás con ansias, con deseos de posesión. Una casa mayor o más nueva, un coche más caro, un trabajo mejor pagado y satisfactorio, tener más talento, un físico más atractivo, una pareja, una familia, sea lo que sea, ella lo desea con todas sus fuerzas. Retuerce sus manos, se le retuercen las tripas, gruñe rabiosa, pero no le sirve de nada. Lagrimones le caen por los ojos contemplando la dicha ajena. Sufre y patalea a solas, pensando en todo lo que tienen los demás y ella no posee. Es la eterna insatisfecha. La comprendo y me da mucha pena.

1 comentario:

Anónimo dijo...

la envidia y su melliza, la codicia, son las madres de los males del mundo. Sé de lo que hablo.