Cuerpo a cuerpo. Sangre, sudor y lágrimas. Correr detrás de lo deseado. Un país paralizado. Todos siguiendo como hipnotizados a una esfera. La vida parece depender de un resultado. Ganar o perder. Casi como si fuera vivir o morir. Hay cosas más importantes, cierto. Mucho más importantes.
Pero seguir a once hombres sudorosos, corriendo en calzoncillos tras una pelota, es algo refrescante y reconfortante en estos momentos.
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