- Buenos días. Quiero unas tenazas para sacar espinas del corazón.
- Muy buenos. ¿Está segura de que la espina está en el corazón?
- Pues sí, segura, la noto con total claridad. Que las tenazas sean de madera, por favor.
- Tendré que ir a ver si me quedan. ¿De qué tipo es la espina?
- Es una espina por desamor.
- Bien, ¿y es grande? ¿a qué profundidad está?
- Muy grande no es, eso es lo malo, que no se ve fácilmente, pero está bien agarrada y bastante honda.
- Voy al almacén a buscarlas.
- Bien. Le espero.
- Pues se me han acabado. Tendré que encargarlas. Pero he encontrado estos alicates y estas pinzas de plástico. Quizá le sirvan.
- Los alicates no me sirven, son metálicos y fríos y ya bastante sensible tengo el corazón. Por eso quería unas tenazas de madera. Las pinzas podrían valer, si la espina no estuviera tan agarrada y profunda.
- Pues lo siento, es todo lo que tengo.
- No se preocupe, miraré en otra tienda.
- También puede aprender a vivir con la espina. Mucha gente lo consigue.
- Tiene razón. Puede que lo haga. Muchas gracias por todo.
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