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miércoles, 23 de abril de 2008

Huele a primavera

Por primera vez este año. Salgo de la oficina ya de noche y me huele a temperaturas cálidas y a pino. Respiro hondo. Siento mi sangre que se altera como el tópico. En el acto, quiero anestesiarme, para no sentirla golpeando en mis venas. Demasiado tarde. Mi piel se eriza. Mis mejillas se sonrosan. Me pregunto por qué la primavera me pone tan triste.

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