Litros y litros cayendo sobre casas, coches, árboles, personas, perros, farolas, escaparates, niños, motos, gatos, charcos, calles, bancos, parques, y sobre tí.
Yo tras los cristales. Viendo el agua caer y pensando en tí. Inevitablemente. Recordando tu voz, tus manos, la suavidad de tu piel. Tu mirada, tu sonrisa, tus gestos. Y viendo llover.
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