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lunes, 8 de diciembre de 2008

Hay quien me dice que soy demasiado transparente, y tienen toda la razón.
Me desnudo y me descubro y aireo mis interiores a los cuatro vientos.
No puedo evitarlo. Será que soy demasiado exhibicionista. Será que pasé demasiados años siendo invisible y ahora quiero ser visible, aunque para ello tenga que enseñar hasta las tripas. Tripas a veces no muy agradables de ver.

¿Debería aprender a ponerme máscaras?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Eres transparente, sin duda. ¿Tiene eso algo de malo? ¿Serías más feliz escondiéndote? No creo... Eres como yo, una exhibicionista consecuente.

Y aun siendo eso cierto, poner siempre el énfasis en el dolor no lo cura...

Un besazo, muchacha transparente...!

Anónimo dijo...

Curioso lo de ser visible y transparente a un tiempo, ¿no te parece?

A mí me gustas así.

Las máscaras, para Carnaval.

:-D

Kisskiss

visbruji dijo...

Ser transparente es permitir al mundo mirar dentro de ti. Con la valentía que supone exponer tu corazón, convertido en cristal,confiando que una fuerte brisa no le haga chocar contra el suelo y le haga mil pedazos.

Un beso

Alicia dijo...

Gracias a los tres :-)
Yvi, tomo nota de tu sugerencia.