
Me aprieta fuerte entre sus brazos mientras me besa con pasión. Sus negros ojos brillan. Veo su deseo. Siento sus manos. Huelo su aroma. El abrazo se prolonga largo rato. Se ha parado el tiempo.
Se para durante casi dos horas. Risas, caricias, sudor, jadeos. Y el reloj vuelve a funcionar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario