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sábado, 28 de marzo de 2009

Pilotando

Me coloco en el asiento del piloto. Sujeto los anclajes. Compruebo los indicadores. Todo correcto. Mi copiloto se arrellana a mi lado, y me mira, esperando mis órdenes. Respiro hondo un par de veces. Pulso el botón de encendido. Agarro los mandos. Mi piel comienza a transpirar. Me siento poderosa y frágil a la vez. Con dos mil toneladas de maquinaria bajo mis manos.

Ordeno subir la potencia regularmente hasta el nivel máximo. Siento la vibración bajo mis pies y mis dedos. Cuando llega al máximo, suelto los frenos, y la nave despega y cobra velocidad. Avanzamos por un estrecho túnel. La aceleración aumenta poco a poco, agarro los mandos con fuerza, voy girando y maniobrando, el recorrido es demasiado complicado para que lo haga el piloto automático, pero mis reflejos responden adecuadamente.

Veo que mi copiloto me mira de reojo de vez en cuando, preocupado. Yo no dejo de mirar hacia el frente, hacia esa oscuridad plagada de puntos brillantes, y poco a poco todo desaparece, no hay inseguridad, ni indecisión, sólo la nave y mis manos, y mi corazón palpitando a mil por hora, mientras voy sorteando obstáculos y torciendo ángulos imposibles. Y sé que el enemigo nos persigue, cada vez más cerca.

Indico a mi copiloto que arme el escudo protector, mientras surcamos el estrecho túnel a velocidades cada vez mayores, y el sudor aumenta en mi cuello y mis axilas, pero mi mirada sigue fija en el frente, y la nave prosigue sorteando obstáculos a una velocidad vertiginosa, la única que consigue que me olvide de tí, que olvide que con toda probabilidad tú estás ahí detrás, en la nave enemiga, pisándome los talones, y que te trae sin cuidado estar a punto de alcanzarme y aniquilarme. Yo sigo apretando los mandos a tope, velocidad máxima, máxima concentración, y al final del tunel veo una luz, un cielo casi azul, que significa la libertad, librarme de tí y llegar a un nuevo lugar...

Justo antes de atravesar la abertura hacia la luz, una explosión resuena tras de mí. Cierro los ojos, suelto los mandos. Sé que al final conseguiste atraparme. Y me rindo.




3 comentarios:

Revangel dijo...

Me encanta la sensación de velocidad que has conseguido, la tensión hacia adelante, y luego, la rendición. (También me ha recordado a Matrix :-DD)

Mustafa Şenalp dijo...

çok güzel site.:)

yvi dijo...

A mí no me recuerda a matrix... porque matrix no me gusta ;)

Vertiginoso, Alice. Y trágico. Again: me gusta.