Páginas

lunes, 3 de noviembre de 2008

Ahora que puedo decir que me he librado por primera vez en muchos años de ir al cementerio el día de Todos los Santos (costumbre instituida por mi madre), ahora que los turrones invaden las estanterías de las tiendas, y algún anuncio navideño sale ya en la tele, me gustaría poder librarme con tan fácilmente de la Navidad. No quiero que llegue. No quiero ver luces de colores, ni adornos, ni arbolitos, ni oir villancicos, ni aguantar anuncios sensibleros, ni películas ñoñas. No quiero lotería de navidad, ni cenas de navidad, ni regalos de navidad (mucho menos de Reyes). Quiero fugarme a un país (si existe alguno en este planeta) donde no se celebre la navidad. Y si no puede ser, hibernaré hasta que llegue el 10 de enero del 2009. Qué pena que no me pueda transformar en osa a voluntad.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo que pasa es que se ha perdido el verdadero valor de la Navidad...cariño y afecto...algo que debería extenderse a lo largo de todo el año..yo estoy orgulloso de no escatimar cariño, aunque a veces me cueste la verdad.
Besos de cangrejito

Maurus dijo...

Lo que no me gusta de la Navidad es el tremendo comercialismo que le redea. Cualquier años va a empezar en septiembre, a la vuelta de vacaciones y después de la campaña "Vuelta al cole"...

Anónimo dijo...

Estoy contigo, Alice, cuando los mitos se han gastado hay que tirarlos sin más nostalgia de la necesaria. Los últimos años he celebrado divali, pero este año no estaba de humor, así que lo dejé con una mera mención el día del parón. Inventaremos un nuevo mito, Alice, el día del solsticio de invierno. Algo pagano y divertido ;)

SuperWoman dijo...

Mira, me apunto... dicen que las navidades son fiestas para los niños pero lo único que veo de positivo en ellas es el que conseguimos reunir a toda la familia junta... me sobran el Belén, el turrón y los mazapanes (reconozco que el jamón y los langostinos, no)... y el encontrarme las luces ya puestas en octubre reconozco que me pone en estado de choque...
Un supersaludo

Alicia dijo...

Yo también me apunto a lo de celebrar el solsticio de invierno, igual que se celebra el de verano, mediante las hogueras y quemando lo viejo. Con el frío que hace ahora, el fuego se podría hacer en una buena chimenea, en una casa rural o similar, y con una buena compañía (que también puede producir calor ;-)).
SW: en mi caso, ni siquiera se reúne la familia, así que ni para eso me sirve.

Pedro dijo...

A mí me encanta la navidad :) Soy consciente de que hay mucha hipocresía al rededor, pero con todo y con eso, me gusta que haya unos días al año en que la gene se obligue a comportarse con bondad. Ojalá fuera así siempre y hubiera menos parafernalia comercial, pero menos da una piedra.


Un saludo,

Pedro.