Páginas
viernes, 13 de agosto de 2010
Amor, de Delmira Agustini
Lo soñé impetuoso, formidable y ardiente;
hablaba el impreciso lenguaje del torrente;
era un mar desbordado de locura y de fuego,
rodando por la vida como un eterno riego.
Luego soñélo triste, como un gran sol poniente
que dobla ante la noche la cabeza de fuego;
después rió, y en su boca tan tierna como un ruego,
soñaba sus cristales el alma de la fuente.
Y hoy sueño que es vibrante y suave y riente y triste,
que todas las tinieblas y todo el iris viste,
que, frágil como un ídolo y eterno como Dios,
sobre la vida toda su majestad levanta:
y el beso cae ardiendo a perfumar su planta
en una flor de fuego deshojada por dos....
Delmira Agustini
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Qué hermoso!
Saludos desde Argentina
Elisa
... hablaba el impreciso lenguaje del torrente...
Precioso, Alice.
Me encantó, Alice.Qué delicia tu blog en estso días, especialmente.Besos, bella
Gracias, Elisa, y bienvenida :-)
Precioso verso el que has elegido, Juan Antonio :-)
Muchas gracias, Erato (aunque hay quien me reprocha que estoy en una linea más bien blues).
Abrazos a los tres
Publicar un comentario