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miércoles, 30 de junio de 2010

Mucho más allá


¿ Y si nos vamos anticipando
de sonrisa en sonrisa
hasta la última esperanza?

¿Y qué?
¿Y qué me das a mí,
a mí que he perdido mi nombre,
el nombre que me era dulce sustancia
en épocas remotas, cuando yo no era yo
sino una niña engañada por su sangre?

¿A qué, a qué
este deshacerme, este desangrarme,
este desplumarme, este desequilibrarme
si mi realidad retrocede
como empujada por una ametralladora
y de pronto se lanza a correr,
aunque igual la alcanzan,
hasta que cae a mis pies como un ave muerta?
Quisiera hablar de la vida.
Pues esto es la vida,
este aullido, este clavarse las uñas
en el pecho, este arrancarse
la cabellera a puñados, este escupirse
a los propios ojos, sólo por decir,
sólo por ver si se puede decir:
"¿es que yo soy? ¿verdad que sí?
¿no es verdad que yo existo
y no soy la pesadilla de una bestia?".

Y con las manos embarradas
golpeamos a las puertas del amor.
Y con la conciencia cubierta
de sucios y hermosos velos,
pedimos por Dios.
Y con las sienes restallantes
de imbécil soberbia
tomamos de la cintura a la vida
y pateamos de soslayo a la muerte.

Pues esto es lo que hacemos.
Nos anticipamos de sonrisa en sonrisa
hasta la última esperanza.


 Alejandra Pizarnik






5 comentarios:

ÍndigoHorizonte dijo...

Desgarrador y bello y, al final, la esperanza, aunque sea la última. Un abrazo

Anónimo dijo...

Siempre queda una luz de esperanza entre tanta y tan desgarradora verdad.

erato dijo...

Qué bueno y duro, Alice.Perder el nombre...aferrarse a la esperanza después y a pesar de todo.¿Qué nos queda a veces sino eso?Un abrazo inmenso para ti

SuperWoman dijo...

Bonito.
Un supersaludo

Alicia dijo...

Gracias por vuestros comentarios. He descubierto a esta poeta por casualidad, como suelen ser los grandes descubrimientos. Abrazos.