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lunes, 24 de mayo de 2010


A veces el pasado me ataca de repente y me abrasa los ojos, y revivo dolores pasados y duelen las cicatrices, y nada de lo que tengo basta para aliviar el escozor.
A veces la soledad me secuestra y me ata y me aísla y me hiere con saña.
A veces vivir duele tanto que grito pidiendo un anestésico que no existe.



7 comentarios:

Anónimo dijo...

La vida es ese espejo que cada día nos grita a la cara aquello que a veces no queremos escuchar. Es dura, muy dura pero, de cualquier modo es un lujo estar vivo y poder acceder a la lectura de tus textos.

vsdjfn vu dijo...

Es un pensamiento algo triste, pero real en muchos de nosotros.

azul dijo...

Pues un abrazo fuerte, fuerte, y muy azul que te quite algo de esa pena negra.

Alicia dijo...

Gracias a todos, el nubarrón ya pasó :-)

Aprende Feng Shui dijo...

Espero que estés más animada, un besete y tira pa alante

Trinity dijo...

Los recuerdos del pasado son muy canallescos. A mí me los suelen traer cosas tan simples como leer un libro o una película, si los personajes o situaciones tocan con algo de mi vida, me suelen descolocar, pero hay que intentar ir dominando la situación para que cada vez, ese dolor, dure un poquito menos, e ir cerrando página en la medida de lo posible.
¡Ánimo, guapa!

Juan A. dijo...

Lo celebro, Alice.

Buen domingo. Besos.