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domingo, 7 de junio de 2009

Selene

Se cuenta que una noche de verano, luego de cuidar sus rebaños, el pastor Endimión se refugió en una gruta en el monte Latmos para descansar. La noche era clara, y en el cielo Selene paseaba en su carruaje. La luz de la luna entró en la cueva, y así Selene pudo ver al joven dormido. Desde el momento en que la diosa lo miró se enamoró de él.

Descendió entonces del cielo, y Endimión fue despertado por el roce de los labios de Selene sobre los suyos. Ante él vio a la diosa brillante, y entre los dos nació una gran pasión.

Selene subió después al Olimpo, y rogó a Zeus que le concediera a su amado la realización de un deseo, y el Señor del Olimpo aceptó. Endimión, luego de meditarlo, pidió el don de la eterna juventud, y poder dormir en un sueño perpetuo, del que sólo despertaría para recibir a Selene. Zeus le concedió su petición.

Desde entonces, en las noches de luna llena, Selene visita a su amante dormido en la caverna del monte. El resto de las noches, Selene se conforma con verle y acariciarle desde lo alto...




3 comentarios:

SuperWoman dijo...

Pero que bonitooooo.
Un supersaludo

yvi dijo...

Sabía yo que algo pasaba las noches de luna llena... Oye, y Selene... ¿está muy enamorada?

Alicia dijo...

Hasta la médula de sus lunáticos huesos :-)