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lunes, 16 de febrero de 2009

Lágrimas inodoras

Cluny se acerca a mi cara y olfatea el líquido que me sale de los ojos. Como no le huele a nada, se aburre y se va a comer su pienso, que huele y sabe mucho mejor.

Yo me quedo con el sabor salado en los labios.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Cluny es feliz, no sabe qué es ese sabor salado... Pero, aun así, no le envidio...

Anónimo dijo...

¿Y tú por qué lloras, angel de amor?

Alicia dijo...

yvi: yo sí que le envidio a menudo.
ysa: si no lo sabe Cluny siquiera...