La Luna
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía.
Un pedazo de luna en el bolsillo
es el mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
para ser rico sin que nadie lo sepa
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir.
Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna
a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas.
Jaime Sabines
4 comentarios:
Qué bonito poema! Dicen que la luna es muy influyente, pero no imaginaba cuánto.
Un beso
Que poema tan bonito y tan fantástico. Voy enseguida a prepararme un frasquito para tener siempre por si acaso.
Un beso !!!!
Gracias Nena, a mí al menos me afecta muchísimo, auuuuuu, digo, miauuuuu... :)
Besos
Gracias Lidia, corre corre, que el aire de la luna dura poco... aunque mejor espera a que sea de noche ;)
Besitos
Publicar un comentario