Una bolsa de pipas, dos coca-colas, un buen montón de cigarrillos y muchos nervios pasaron (con parón por la lluvia incluido) hasta que pudiera ver a mi admirado Nadal levantando la copa del US Open 2010. Sobran las palabras. No quepo en mí de gozo (con qué poco soy feliz...).
5 comentarios:
¡Que viva ese pedazo de crack, un tío admirable en todos los sentidos, tan joven y ya ha ganado todo!
el super hombre.
Cuánta razón tenéis :-)
jordim, bienvenido.
un abrazo
Hola, soy María, de Huelva.
Escribes bien, Alice, pero esta entrada te ha quedado un poco patriotera.
Abrazos.
María, puede que hoy esté un poco espesa, pero ¿por qué?
Publicar un comentario