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jueves, 14 de enero de 2010



Ya casi había olvidado de qué color era el cielo sin nubes grises y cómo era sentir el sol en la cara. Pero hoy han vuelto. Cómo se agradecen los días de invierno despejados.





2 comentarios:

Ysabel dijo...

ya tocaba un rayito de sol

erato dijo...

Qué gozada, sí.Un besazo