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domingo, 17 de febrero de 2008

Viven

"Pero viven en nuestro recuerdo".
¿Cómo puede ser un cementerio tan luminoso? Lápidas blancas de cal o gris claro de mármol, pájaros cantando en las ramas de los cipreses. Un sol radiante sobre sus copas.
El epitafio brilla en letras de bronce sobre la tumba de mi padre, de mi abuelo, de mi abuela, de mi hermano recién nacido.

"¡Qué silencio, qué paz!", exclama mi madre, avanzando lentamente por el pasillo central.
No me cuesta imaginar dónde le gustaría encontrarse ahora mismo...

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