Sólo quiero quedarme bajo las mantas. Bajo el edredón que me da calor. De lado, doblada en postura fetal, la cara hacia la mesilla de noche, los ojos cerrados. Bien arropada, las sábanas hasta la nariz. Mis gatos dándome calor sobre las piernas.
Fuera sopla el viento frío. No nieva, pero la temperatura está bajo cero, como debe ser en pleno invierno. La calefacción a tope. Necesito calor para dejar de temblar.
Mis mantas no me bastan. Mis gatos no me bastan. Te necesito a tí, que vives en tierras aún más frías, tan lejos de mí. Pero tu tacto me quema como la lava. Tu sonrisa me hace arder. Tus palabras son como teas en mi interior. Como fuego que me quema por dentro....
Fuera sigue haciendo frío. Dentro sigue la caldera encendida. Y mi cama sigue vacía, esperándote...
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