Bajo de un autobús lleno hasta los topes debido a que el metro se ha estropeado. Me siento en un banco del intercambiador de Plaza de Castilla. Me rodean la gente que pasa corriendo y el ruidoso tráfico; se oyen sirenas de ambulancias y coches de policía, máquinas taladradoras, bocinas y gritos... Me como un pastel de manzana, bebo un refresco y fumo un cigarrillo. Sin pensar en nada. Un instante de felicidad.
2 comentarios:
Eso puede ser algo así como el aquí y ahora de la felicidad. abrazo
Azul, realmente la felicidad sólo existe cuando vivimos en el presente :-) besos.
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