Recuerdo una madrugada de mi adolescencia en el pueblo, en que vi una de las muchas películas que sobre la pasión de Cristo solían (y suelen) echar por la tele en semana santa. Después de vista (no recuerdo el título), salí al jardín. Amanecía. Contemplé el sol naciente con un estado de ánimo sereno, casi clarividente. No recuerdo lo que pensé, sólo que me sentía en paz.
Ahora me parece que aquello ocurrió, además de en otro siglo, en una vida pasada muy, muy lejana.
4 comentarios:
Con el paso de los años, es cierto, la visión de las cosas, de los acontecimientos, de los sucesos que van dando forma a nuestros días, cambian y se renueva. Eso es lo que segundo a segundo nos va construyendo, la suma de todos esos cambios. Un abrazo.
...traigo
sangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
TE SIGO TU BLOG
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
AFECTUOSAMENTE
ALICE
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE EL NAZARENO- LOVE STORY,- Y- CABALLO, .
José
ramón...
Gracias, Luis, por tus reflexiones.
Muchas gracias, José Ramón, por tu poema. Y a los dos por seguirme :-)
saludos
Normalmente las películas de Semana Santa, tipo Espartaco, Quo Vadis, la Túnica Sagrada, Rey de Reyes, Los Diez Mandamientos, se ven con ingenuidad, alegría y algo de fe cuando eres jovencito-a. Ahora, quizás te pueden impactar de otra manera. Vamos cambiando, evolucionando y nuestra visión sobre las películas es parte de nuestra nueva percepción de la vida.
Publicar un comentario