Por fin se fue el calor agobiante. Y llegó el frío, la lluvia, las hojas que se caen.
Como los árboles, tiro lo viejo para que pueda renacer lo nuevo. Y miro hacia delante, hacia un camino desconocido, inquietante, misterioso, con una mezcla de miedo y nervios y una ilusión incontenible. Sin saber muy bien qué me espera, sin saber muy bien a qué atenerme.
Sin volver la vista atrás.
3 comentarios:
Llueve, llueve, llueve... si sigue lloviendo me voy a volver loca.
Un supersaludo
El otoño, como la vida misma. Un continuo cambiar hábitos, rutinas, costumbres, para renacer en cada nuevo proyecto, en cada aventurada proposición.
El otoño, como la vida misma.
Me encantó la foto que adjuntas.
Un saludo
Me parece que sigues teniendo la
gotera en casa.
Eso has querido decir ¿No?
;)
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