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lunes, 12 de octubre de 2009
Entre olivos
Soy una niña. He pedaleado más de una hora y me siento cansada. Apoyo la bici en un olivo y me siento al lado. Observo el sol que se pone. Oigo las cigarras que se van callando poco a poco. Oigo a los grillos que empiezan a cantar. Algún pájaro despistado cruza aleteando. Busca su nido. A lo lejos, en dirección al pueblo, se oye a un perro ladrar.
Me abrazo las rodillas. Imagino que mi padre ya habrá salido a buscarme. Pero no me muevo. Algo me lo impide.
Un murciélago cruza el cielo haciendo zig-zags. En el horizonte sólo hay un fulgor rojizo. Sigo sin poder moverme, la barbilla apollada en mis brazos cruzados. No quiero volver a casa, me digo. Prefiero esta soledad entre olivos y murciélagos.
Veo una luz por el camino y una voz que me llama. Mi padre me ha encontrado. Sonrío y rompo a llorar.
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4 comentarios:
Un abrazo preciosa... hoy también estoy llorando por dentro mi propia maldición...
Un supersaludo
hOLA pEQUEÑA aLICIA, eSPECTACULAR lo QUE eSCRIBES, poesía en estado puro.
La verdad es que asomarse a tu ventanita evoca imágenes de la vida que hemos pasado alguna vez todos o que nos encantaría pasar, y te doy las gracias por eso, por hacerme imaginar y soñar.
pd: me encantaría hacerte una entrevista con el artista, algo así como este ejemplo: http://pilatesdelcalibre.blogspot.com/2009/09/entrevista-con-el-artista-fantasmita.html
yo también tengo recuerdos de no querer, esconderme, encontrarme y tener que querer a la fuerza.
Besos
Gracias SW, toe e Ysa.
Toe, estaré encantada de realizar esa entrevista :-)
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