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domingo, 28 de diciembre de 2008

Vértigo

Como si me deslizara cuesta abajo por un tobogán largo, muy largo. Como si al final me esperara un negro agujero. El fin de año me atrae para devorarme. Y desapareceré en su oscuro vientre.
Para salir por el otro lado.
¿Para salir por el otro lado?


Muy oportuno

Ahora que casi la mitad del mundo celebra que su líder espiritual nació en un pueblo perdido de Palestina, Israel ha tenido la genial idea de bombardear a los palestinos.

Nunca entenderé al género humano...


viernes, 26 de diciembre de 2008

Adrenalina














Me pongo el casco, me subo a tu moto verde, me agarro a tu cintura, arrancas con un rugido, me llevas volando sobre el asfalto, el aire se clava en mi cara y mis manos, el vértigo me marea, mi corazón estalla, el mundo pasa borroso, me río como si estuviera borracha.

En media hora he vivido medio siglo. "Carpe diem", me vuelvo a repetir.

martes, 23 de diciembre de 2008

Solsticio


















El sol cruza la barrera.
Gana la batalla a la oscuridad.
Comienzan a crecer los días.

Respiro hondo con el amanecer.
Suspiro al imaginar lo que me espera.
El sol calentando mi cara. Calentando mi alma. Calentando mis huesos.

Los días cada vez más largos. Días para disfrutarme. Para disfrutarte, cuando te encuentre.



sábado, 13 de diciembre de 2008

...

El ascensor se para en mi planta con un clac. La puerta se abre con un suave zumbido. Un haz de luz cruza el suelo. No hay nadie. De repente, pienso en mi padre. Recuerdo que debería felicitarle, hoy es su cumpleaños. Pero esté donde esté, no puedo llamarle por teléfono.

El ascensor se cierra en silencio y sube. Vacío.

Odio esperar

Odio esperar a alguien.
El tiempo se detiene y te sientes presa de alguien que ni siquiera está ahí.
Te sientes ridícula y sin saber qué hacer con las manos.

Empiezas a pensar qué habrá pasado, por qué no avisó del retraso, si vendrá o no vendrá.

La espera puede durar minutos, horas, días. Algunas esperas duran años.
A veces siento que llevo toda mi vida esperándote.
¿Será por eso que no acabas de llegar?

martes, 9 de diciembre de 2008

Hoy he subido al autobús 27 de muy buen humor. Y he bajado del 49 casi eufórica. Lo conseguí. Conseguí hacer todo el recorrido de la castellana con el ánimo al nivel de las luces que colgaban entre los árboles.
Casi hasta me gustaron los árboles navideños (el de la imagen es el de la Plaza de Castilla, con comecocos incluidos) inauditos que el ayuntamiento ha puesto.

¿Será que estoy empezando a ver la luz al final del túnel?

lunes, 8 de diciembre de 2008

Hay quien me dice que soy demasiado transparente, y tienen toda la razón.
Me desnudo y me descubro y aireo mis interiores a los cuatro vientos.
No puedo evitarlo. Será que soy demasiado exhibicionista. Será que pasé demasiados años siendo invisible y ahora quiero ser visible, aunque para ello tenga que enseñar hasta las tripas. Tripas a veces no muy agradables de ver.

¿Debería aprender a ponerme máscaras?
Será que es diciembre, será que acaba el año, que estamos casi en invierno, que los días son cada vez más cortos.

Será que recuerdo mi infancia, adornando la casa con guirnaldas y el belén y el árbol, poniendo la mesa, con la familia reunida.

Será que añoro a mi padre.

Será que pasan los años demasiado deprisa.

Será porque sigo sola.

No sé lo que es, pero me siento muy vacía.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Aquiles en Troya

Acabo de volver a ver Troya. Antes de que estrenaran esta película (hace ya cuatro años), me aburrían las tragedias griegas, las batallas campales me asqueaban por el exceso de sangre, y Brad Pitt no me gustaba. Una vez vista la película, cambié de forma de pensar.
Sobre todo me gustaron los diálogos (algunas frases de Aquiles son memorables), las escenas de amor entre Aquiles y la sacerdotisa de Apolo y las luchas cuerpo a cuerpo entre hermosos guerreros.

Quizá el hecho de que Aquiles fuera encarnado por Brad Pitt influyó bastante en que la película me cautivara. Aunque como ya he dicho antes empezó a gustarme a partir de este momento, ya cumplidos los cuarenta (este actor mejora con los años, como los buenos vinos) y hasta me llegó a parecer que era buen actor.
Esta película también me recordó muchas de mis fantasías infantiles con héroes y heroinas, y amores y odios extremos. Cuando yo era una niña aislada en mitad del campo y no tenía mayor entretenimiento que imaginar historias apasionadas e inverosímiles entre hombres semi-dioses y mujeres valerosas.
Ahora que cada día me encuentro rodeada de militares, estas películas de batallas me afectan más que nunca. Y eso que las películas bélicas, de hombres matando a hombres (cuerpo a cuerpo o utilizando diversas armas), siempre me han perturbado e interesado especialmente. Tengo que analizar el por qué.

sábado, 6 de diciembre de 2008

Crema de tomate

Navegando, navegando, he encontrado un blog de cocina con recetas tan chulas como esta:




Crema invernal de gazpacho

Acabo de hacerla y creo que hasta me ha salido bien (o al menos comestible). Claro que como me gusta ir por libre y no ajustarme del todo a las normas y no tenía zanahorias (además de que odio pelar zanahorias y las que me sobran suelen estropearse y ponerse chuchurrías enseguida), pues he utilizado pimiento rojo en su lugar. Tampoco he puesto la guindilla (demasiado picante), con la pimienta ha bastado. El resultado es agradable y hasta apetitoso, pero lo iré mejorando con la práctica.

martes, 2 de diciembre de 2008

Sopa de ajo

Fuera hace mucho frío.
Abro la nevera casi vacía, cojo una bolsa con pan duro de sabe dios hace cuantos meses. Compruebo que no tienen moho.
Lo parto en trocitos mientras se calienta el aceite de oliva con unos cuantos ajos fileteados. Los últimos dientes de ajo del bote.
Añado el pan, rehogo, añado caldo, remuevo, dejo cocer, añado pimentón, remuevo, añado un huevo y una pizca de sal y vuelvo a remover. Lo pruebo. Puede valer.

Me tomo la sopa de ajo como si no hubiera nada más importante en el mundo. Siento su calor por mi garganta. Qué sencillo es hacer una buena sopa de ajo. Qué sencillo es comerla.